Hablamos de comercio como lo conocemos hoy día, aunque podríamos preguntarnos si ha sido siempre así. Refiriéndonos a España, diremos que el sector dedicado a la distribución comercial ha llegado a jugar un papel importantísimo en nuestra economía. Tanto, que las tareas de distribución y comercialización explican más de la mitad del precio final de los productos a la venta.
Además, la distribución comercial da servicio tanto a los consumidores finales como a los productores de los bienes, pues es el canal que une a estos últimos con los primeros. Estas son dos buenas razonas para que hoy en día la distribución comercial haya ganado un nuevo valor en relación con la producción.
Ya hemos dicho que la distribución comercial da servicio tanto a los consumidores como a los productores, ya que en definitiva la función última de la distribución comercial es la articulación de los mercados de bienes finales. Y es esta actualidad de relación la que le otorga una posición estratégica en el conjunto del sistema económico.
La relevancia creciente de la distribución comercial tiene su reflejo fiel en las cifras de aportación al PIB y en el empleo a que da lugar. La evolución del coste total de la distribución comercial en el conjunto de la economía española dan cuenta cierta de la importancia cuantitativa que ha alcanzado este mecanismo funcional en el conjunto de la economía española. A lo largo de los años de crecimiento de las pasadas décadas, la distribución comercial cumplió un papel muy importante en el proceso de urbanización de la población española, como uno de los sectores clave para la absorción e integración en las ciudades de buena parte de la emigración rural. De otra parte, la distribución comercial es uno de los sectores en que se ha realizado una parte sustancial de la incorporación de la mujer al mundo laboral. Ha realizado un papel, pues, de integración, ya difícil de repetir por cuanto ahora el reto para la consolidación y evolución del comercio es la progresiva cualificación y formación en innovación de su mano de obra.
Y más sabiendo que esta evolución ha sido lenta, según reflejan los datos estadísticos. En la actualidad, según las últimas estadísticas en España, el comercio -de manera general los denominados «servicios de distribución»- configura una parte importantísima del empleo, con incidencia proporcional variable según las regiones.
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