Carnicerías

Si te has preguntado alguna vez: ¿Cómo atraigo más clientes a mi carnicería? ¿Cómo hacer publicidad barata? ¿Cómo puedo mejorar la imagen de mi establecimiento? ¿Cómo puedo vender más en mi carnicería? sigue leyendo…

Hace mucho tiempo que las ventas de las pequeños comercios han sufrido un duro golpe debido a distintos factores pero donde sin duda ha influido las grandes superficies. Los establecimientos relacionados con la carne también lo han notado y es por eso por lo que queremos darte unos apuntes para potenciar tu negocio y que resumiendo serían estos cuatro puntos:
1. Modernizar mi carnicería.
2. Aumentar el contacto y la relación con mis clientes
3. Fidelizar a los clientes de mi carnicería
4. Diferenciar mi carnicería del resto de la competencia

No podemos olvidar que una de las maneras mas fáciles para diferenciarse de tu competencia es es el trato que tú como carnicero o charcutero le ofreces a tus clientes, por lo que hay poner especial atención en el trato personal, tener paciencia y mucha simpatía ante todo. Seguro que ya lo sabes y también lo que sigue, pero pasa el tiempo y se nos enfrían las cosas, así que esto es para que lo recuerdes. La imagen es una de las cosas más importantes para atraer y fidelizar clientes. Recuerda que la imagen son muchas cosas, desde la fachada o la acera de tu tienda, las vitrinas, el género, la vestimenta, el trato, el rótulo, el logo de la firma, los envases y embalajes, vehículos, web y redes sociales, los carteles de precio y promoción, los utensilios, maquinaria y equipamiento comercial, etc.

Otras claves que pueden hacer tu carnicería especial son el conocimiento de tus clientes, como se llaman, detalles importantes para ellos y que se lo recuerdes cuando los veas. Pruébalo, verás como tu clientela se siente también especial y lo agradece. Que en tu comercio siempre tengas de todo, procura tener cuidado con las roturas de stock, hazte tus previsiones y no tendrás que decir al cliente «no me queda» y podrás servirle lo que él desea y te ha pedido. Máxima transparencia en la elaboración de tu productos, menos trastienda y más de cara al público todo. Intenta adaptarte tú al cliente y no al revés. Recuerda que es él quien te «da de comer» así que intenta atender a cada uno como espera o como desea porque no todos los clientes son iguales, no a todos debes atender igual. Cuando los conoces sabes cómo, cuándo y de qué manera necesitan las cosas. Servicio personalizado. Sé flexible, adáptate. Una persona no suele ser una firma o un negocio, lo normal es que se forme con un equipo de personas. Siendo así, revisa objetivamente si tu equipo está igual de implicado como tú en el negocio, o como debiera estarlo. De no ser así tienes un problema porque ellos son parte de la imagen y el servicio a tus clientes, si no están contentos, no creo que contenten a tus clientes y eso afectará a tu negocio. No se trata de trabajar más horas, se trata de trabajar mejor y más a gusto. Haz que el lugar donde estén tus clientes resulte agradable y no sólo a la vista. Seguro que se te ocurre como mejorar su visita y/o su experiencia de compra (no me refiero a que comentes el gol del partido del otro día, o a elogiar a una clienta), que tal productos en promoción, degustaciones de producto, descuentos. O no, quizás pienses que los clientes en vez de eso prefieren que les cuentes un chiste. Adaptarte es utilizar también las últimas tecnologías porque no hay ningún negocio o sector que no mejore con su uso. Una simple página de Facebook puede incrementar las ventas de tu negocio con muy poco esfuerzo si consigues crear poco a poco una comunidad de clientes a los que de vez en cuando les mandes esa promoción, esa oferta, esa foto con el aspecto bárbaro de esa carne que dice «cómeme», en definitiva ese recordatorio de «aquí estoy, aquí sigo para lo que necesites». Porque si te has acomodado y esperas que los clientes sigan llamado a tu puerta, cuidado. Cuando eso deja de ocurrir (y hoy día hay mil razones), ya es tarde y luego se tarda mucho en volver a coger inercia, así que no dejes de promocionar tu negocio. La publicidad bien hecha siempre es una inversión. Prueba distintos canales, formatos y presupuestos, para descubrir cuál es el que mejor funciona en tu caso.

Y sobre todo, mira de vez en cuando el negocio con los ojos de los demás, no los tuyos. Intenta averiguar de forma objetiva como es la experiencia de tu público objetivo y/o de tus clientes en tu establecimiento. No te mires demasiado el ombligo, a veces nos empeñamos nosotros mismos en cometer los mismos errores. Procura rodearte de buenos profesionales (salvo que sepas de todo y lo hagas todo tú) y confía en ellos para impulsar de verdad tu negocio.

Curiosidades

Las carnicerías son los establecimientos que comercializan diferentes tipos de carnes crudas dedicadas al consumo humano, nombradas también a veces como carnecerías, donde se realizan tareas de procesado final tal como el despiece y el picado de las carnes. También se nombran parcialmente como chacinerías, tocinerías. Chacinería que viene de chacina cuyas acepciones en el diccionario son cecina (carne salada y seca), carne de cerdo adobada de la que se suelen hacer chorizos y otros embutidos, y embutidos o conservas hechos con chacina. Tocinería es la tienda, puesto o lugar donde se vende tocino. El mínimo equipamiento comercial para un establecimiento de este tipo consiste en un refrigerador industrial, un soporte para el despiece, cuchillos de calidad y un mostrador donde atender.
Y qué es un carnicero… si nos dejamos llevar por las acepciones del diccionario de la RAE lo llevamos claro si queremos saber qué es un carnicero, porque hasta llegar a su último significado no nos encontramos con lo que la mayoría de la gente entiende por carnicero: persona que vende carne. Antes tenemos que pasar por descripciones no muy agradables para este término:
1. Carnicero: dicho de un animal que da muerte a otros para comérselos.
2. Carnicero: Dicho de un coto o de una dehesa donde pace el ganado que se destina al abasto público.
3. Carnicero: Cruel, sanguinario, inhumano.
4. Carnicero: Dicho de una persona que come mucha carne.
La RAE…, la Real Academia Española de la Lengua.
La historia de la carnicería nos cuenta que desde la época romana el oficio ha estado reglamentado, diversificado y en ocasiones dotado de ciertos privilegios con respecto a otras profesiones. En la edad media europea era un cargo hereditario. En 1096 se creó el primer establecimiento de venta de carne en París (actual Place du Châtelet) de esta forma se inició la casta de la Grandepenee en manos de unas familias determinadas que fueron poco a poco haciéndose más ricos (eran sólo unas 20 familias aproximadamente). Los estatutos de 1589 en Francia obligaron a los carniceros a comercializar la carne justo en el instante en el que se pesaba la carne en balanzas, y no a ojo como se venía haciendo desde muy antiguo.
Curioso también como son algunas palabras relacionadas con el sector en distintas lenguas:
en castellano: carnicería, charcutero, carnicero, charcutería, carne, embutido, cuchillo, cartel, precio
en catalán que coincide con el valenciano: carnisseria, charcutero, carnisser, xarcuteria, carn, embotit, ganivet, cartell, preu
en euskera: Haragijalea, haragi, txarkuteria, beteta, txerriki-egile, harategia, aiztoa, kartela, prezioa
en galego que coincide con el portugués: carnicería, charcutero, carniceiro, charcutería, carne, embutido, coitelo, cartel, prezo
en portugués: talho, charcutero, carnicero, charcutería, carne, embutido, faca, cartaz, preço
¿Conoces algunas más?